María Fernanda Goñi
Soy la segunda hija de padres jóvenes, que arrancaban su vida en el campo, en los 60. Siempre hubo una cámara de fotos cerca. Papá construyó un laboratorio debajo del molino de agua.
La Pampa bonaerense, la ciudad, atravesamos fronteras. Primero por las búsquedas de mis padres, y luego por anhelar, (necesitar?) yo misma, la permanencia en el cambio. Mudé de carrera y casa muchas veces, dándoles una impronta que, casi siempre, comienza por demoler para crear.
Soy una observadora que intenta relatar, en imagen y palabra, lo que ocurre entre una cosa y otra. Llevo varios proyectos, entre ellos ¨Sin título¨, un espacio de cruce entre la provocadora, y el observador como actor necesario de mi obra. Creo un vínculo que intenta tejer redes, tal vez porque el movimiento tenga en mí el evidente costo de la pérdida.
Me formé en el Taller de Ángela Copello, y exploro prácticas complementarias y algunas incursiones en talleres de escritura, como en Casa de Letras. Mis trabajos fotográficos se han expuesto en pequeños espacios. En el año 2022 la Serie ¨Chicas Grandes¨, obtuvo el reconocimiento de Interés Cultural por parte de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, como parte del colectivo ¨Belleza sin edad¨, de Amantes de lo Bueno.
Hace poco, encontré en la casa materna una imagen en blanco y negro, pequeña, que en su reverso cuenta en trazo infantil: ¨Primera foto que yo saqué¨. Se trata de una perspectiva de la Iglesia de Pinamar, y retrata varios de mis intereses: la arquitectura, el paisaje, lo espiritual, utilizando la imagen como registro, o como un intento de detener el tiempo, escurridizo como arena seca entre los dedos. Y la palabra, siempre, como timbre de la emoción.